En esta semana celebramos en Colombia el día de los disfraces, esta fecha es muy especial para muchos niños porque sus padres les compran el disfraz que ellos quieren usar, para salir a diferentes lugares a pedir dulces. Esta fecha se ha vuelto tradicional en nuestro país y aunque son muchos los niños que se ven disfrazados, también observamos a muchos adultos disfrazados en esta época.
Si observamos a los adultos que se disfrazan, podemos ver a muchos que lo hacen porque quizás en el lugar de trabajo decidieron disfrazarse, o porque en algún grupo al que pertenecen decidieron hacerlo y, aunque no estaban de acuerdo y no les hace felices disfrazarse, por considerarlo algo de niños, lo hacen para ser aprobados por el grupo al que pertenecen. Sin embargo, también se encuentran los adultos que les gusta disfrazarse en esta fecha y, ponen todo su ingenio para elaborar su disfraz. En estos adultos son en los que me quiero enfocar en este artículo.
Por la situación actual que estamos viviendo a nivel mundial, en el proceso de evolución que estamos viviendo todos juntos como humanidad, esta fecha de disfraces no se va a celebrar de la misma forma en la que se realizaba en años anteriores; pero de algo si estoy seguro, y es que aquellos que disfrutan de los disfraces encontrarán la forma de disfrutar de este día, sin importar que no se haga de la forma en la que se venía realizando en los últimos años.
Lo anterior lo digo, porque estos adultos son aquellos que no han perdido la magia que su Niño Interior trae a sus vidas, estos adultos son personas que a pesar de los cambios y supuestos “obstáculos” o “problemas” del exterior, siempre ven la vida de un modo diferente, lo cual les permite encontrar de forma creativa los medios necesarios para disfrutar la vida. ¿Y saben por qué es posible esto? Porque ellos viven conectados con la magia de su Niño Interior, lo cual los conecta a vivir el Aquí y el Ahora, les permite aceptarse tal como son y no esperar la aprobación de los demás.
Estos adultos, son conscientes de su vida y de su propósito: ser feliz, por lo cual viven cada día como algo totalmente nuevo, algo renovado que les permitirá continuar aprendiendo y disfrutando de este camino llamado vida. Esto es lo que marca la diferencia con los adultos que se desconectan de su Niño Interior, porque piensan que son unos adultos responsables y que por ende deben concentrarse en cosas serias y de gran responsabilidad para “ser alguien en la vida”, con lo cual le dan todo el control a su ego y, de esta forma viven su vida desde el piloto automático, haciendo las cosas que los demás hacen para ser aprobados en la sociedad egocéntrica en la que vivimos.
Los adultos que nos conectamos con la magia de nuestro Niño Interior, somos adultos que disfrutamos cada día, desde el agradecimiento de tener un nuevo día para hacer cosas diferentes a las que todos hacen, encontrando un propósito y sentido a nuestra vida y, aprovechando al máximo el mejor regalo que nuestro Creador nos dio: nuestra vida.
Somos adultos conscientes de quiénes somos realmente y nos interesamos por nuestro entorno, por lo cual siempre la creatividad y la imaginación nos acompaña en todo lo que hacemos, porque sabemos que somos alguien desde el momento en que nacemos y lo seremos hasta el momento en el que morimos, por lo cual no desaprovechamos de ningún día para disfrutar intensamente nuestra vida.