El planeta permanece en constante movimiento, en constante cambio y así, es la vida: movimiento, cambio.
En este momento de aprendizaje que estamos viviendo TODOS JUNTOS como humanidad, el planeta está evolucionando, dando el salto cuántico en el camino de la evolución de las especies.
En muchas ocasiones nos resistimos al cambio porque nos adormecemos en nuestra zona de confort y elegimos libremente permanecer en lo conocido por miedo a lo desconocido, incluso en muchas ocasiones nos quedamos allí reconociendo que es un lugar que no nos genera paz, tranquilidad, bienestar porque el miedo nos paraliza y nuestra mente controlada por el ego nos dice que mejor nos quedemos allí en lo conocido porque sabe que si damos el paso a lo desconocido, a lo nuevo, al cambio, a la transformación podemos encontrar nuestra zona mágica en la cual el ego perdería el control que ha ejercido sobre nosotros durante nuestras vidas.
Aristóteles, un gran sabio de la humanidad dijo “La felicidad debe ser el propósito de la vida”; y en muchas ocasiones asociamos nuestra felicidad a la felicidad de los demás y allí nos desconectamos de nuestro propósito, dado que nos confundimos y no reconocemos que todos somos diferentes y que la felicidad de cada ser humano es distinta de acuerdo a su propósito de vida.
En la historia más reciente organismos internacionales como las Naciones Unidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en Colombia, el Departamento Nacional de Planeación están implementando medidas para el bienestar, como complemento a los indicadores económicos y sociales existentes.
El mundo, HOY nos ofrece una oportunidad para que cada uno de nosotros en el silencio de nuestros hogares, en la pausa del mundo acelerado en el que vivíamos, podamos cuestionarnos sobre nuestro bienestar y de acuerdo a esa evaluación consciente que hagamos, actuemos para desarrollar en nosotros las capacidades exponenciales que nos permitan vivir momentos mágicos de bienestar.
Una de las capacidades exponenciales más importantes que debemos desarrollar y/o fortalecer es la consciencia emocional, la cual nos permite conocernos a nosotros mismos y a partir de allí descubrir las herramientas y técnicas a través de las cuales podemos gestionar adecuadamente nuestros pensamientos y emociones para conservar el equilibrio de nuestro ser multidimensional.
Si decidimos administrar nuestras emociones, podremos tener el control sobre ellas y no al revés como suele suceder en muchas ocasiones. Es por esta razón que en Corazón de Niño® la consciencia emocional es una capacidad clave que abordamos a través de nuestro entorno de trabajo CAFÉ, cuya eficacia hemos verificado en los creadores de esta empresa de Bienestar y en las personas que venimos acompañando durante los tres años de operación. De esta forma mi cargo en la empresa es Gerente de Emociones porque a través de muchos procesos de aprendizaje en mi vida pude conocerme e identificar las herramientas para administrar mis pensamientos y emociones y ahora los replico a través de los diferentes procesos que lideramos para el bienestar de las personas.
