Creo que esta pregunta se ha vuelto un interrogante muy frecuente en nuestra vida, incluso me atrevo a decir que ha reemplazado la pregunta que todos los seres humanos nos deberíamos hacer siempre: ¿Quiénes somos y cuál es nuestro propósito?
Desde mi experiencia personal, considero que la causa por la cual hemos reemplazado, la única pregunta que deberíamos hacernos por la pregunta ¿cómo hacer realidad nuestros deseos?, es que vivimos en un mundo físico en el cual predomina la voz del ego que siempre busca el control de todo, tener la razón de todo y buscar incansablemente el bien propio por encima del bien común.
Esta búsqueda inconsciente por satisfacer nuestras “supuestas” necesidades nos ha llevado sin lugar a dudas a fabricar relaciones dependientes en las cuales perdemos inconscientemente nuestra libertad y paz interior. Las relaciones de dependencia con personas, objetos y situaciones nos llevan a permanecer aprisionados a una voluntad caprichosa gobernada desde la voz del ego, donde simplemente queremos satisfacer nuestros deseos porque le atribuimos a ellos nuestra propia felicidad.
Todos en nuestra vida, en algún momento de ella, nos hemos concentrado en el mundo exterior por encima de nuestro mundo interior, y esto nos ha llevado a fabricar planes para dar cumplimiento a nuestros deseos. En muchas ocasiones, hemos logrado hacer realidad algunos de nuestros deseos, lo cual nos genera un breve periodo de alegría y felicidad, que luego se esfuma porque como seres humanos, que escuchamos la voz del ego, ya lo que hemos alcanzado no es suficiente y fabricamos un nuevo objeto de deseo que debemos conseguir para volver a sentir alegría y felicidad. Este proceso se vuelve inevitablemente un círculo vicioso que nos lleva a sentir alegría y felicidad por momentos, atribuyendo la paz a aquello que está fuera de nosotros.
La buena nueva es que hay un medio a través del cual podemos lograr que la felicidad y la paz en nuestra vida no sea, sólo un momento que se desvanece rápidamente, sino que sea algo permanente y eterno en nuestro SER. El medio es conocernos a nosotros mismos y aceptarnos tal como somos, reconociendo que somos seres abundantes, sanos, felices. Si hacemos esto, logramos conectar con nuestro verdadero SER y logramos escuchar la voz interior que nos guía, en cada uno de nuestros caminos hacia nuestra finalidad como seres humanos que es SER FELICES. De esta forma, es como lograremos ser conscientes de los deseos que realmente necesitamos para permanecer siempre en paz, armonía, equilibrio, bienestar, felicidad y plenitud.
A partir de este conocimiento de nosotros mismos, identificamos que las respuestas se encuentran en nuestro interior y no en el exterior, como la voz del ego nos lo ha hecho creer durante tanto tiempo. Una vez que te conectas con tu SER, con tu esencia, activas las leyes del Universo que son eternas e inmutables y que te permiten SER lo que en realidad ERES para alcanzar tus deseos.
A continuación, te comparto algunas de las leyes del Universo que aplicarían para hacer realidad tus deseos si están en armonía con lo que realmente necesitas:
- Ley de la creación: Nos dice que los pensamientos y las emociones crean la realidad que habitamos.
- Ley de la vibración: Nos recuerda que obtengo aquello en lo que más pienso, tanto si lo deseo como si no lo deseo.
- Ley del orden: Nos enseña que el orden en la vida sólo puede ser el siguiente: Ser, Hacer, Tener.
- Ley de la acción: Nos manifiesta que como hacemos una cosa, así hacemos todo.
- Ley de los medios y los fines: Nos recuerda que si deseamos el fin debemos encontrar el medio. Si nuestro fin es la FELICIDAD, entonces el medio para alcanzarla es SER FELIZ cada día, en el Aquí y el Ahora.
- Ley de la expresión de los dones: Nos dice que, si ponemos nuestros dones al servicio de los demás, esto será causa de abundancia en nuestra vida.
- Ley del desapego: Nos enseña que nos vinculamos con la acción y nos desvinculamos del resultado de la acción.
Conociendo esta información ya es tu decisión, y sólo tu decisión, qué voz escuchas en tu día a día. Ya sabes que sólo hay una voz que te permite conectarte en armonía con el Universo y con nuestra fuente divina para manifestar en nuestro mundo físico los deseos de tu alma: La Voz de tu Interior.
