Mucho hemos escuchado o leído sobre el perdón y sus innumerables beneficios para nuestra paz interior. Sin embargo, todos sabemos que al momento de llevar a cabo este acto de amor es donde comprobamos que no es una tarea nada sencilla.
Por la ley de correspondencia, como es afuera es adentro, así que, la pregunta inicial que nos deberíamos hacer para hacernos conscientes de lo que nos molesta en nuestra vida, podría ser la siguiente: ¿Lo que pienso y siento sobre el mundo y las personas es algo cierto o es una proyección de lo que pienso y siento de mí?
Es importante que la respuesta sea muy sincera, dado que depende de esta respuesta que des inicio a un camino, que con total certeza te conducirá a la paz interior que todos los seres humanos buscamos incansablemente. Si mientes en la respuesta que le des a la pregunta, no le estarás mintiendo a nadie más que a ti mismo, por lo cual es tu decisión que respuesta vas a darte.
Si en este momento no experimentas en tu vida paz interior y paz mental que te permitan vivir calmadamente, en armonía contigo mismo y con las demás personas, hazte esta pregunta y respondela conscientemente con toda la sinceridad posible, porque será el primer gran paso para descubrir por ti mismo lo que es conservar permanentemente en ti la paz interior.
En muchas ocasiones, el perdón se nos hace una tarea complicada porque no nos conocemos y creemos que somos sólo un cuerpo físico y, que todo lo que vemos con los ojos de nuestro cuerpo físico es lo verdadero. Esta percepción que tenemos, es la que nos ha mantenido en un sueño profundo durante mucho tiempo, gobernados desde el ego, que al sentirse vulnerable te hace pensar y sentir que eres sólo un cuerpo físico vulnerable. Sin embargo, somos más que un cuerpo físico. Tu cuerpo físico adquiere su vitalidad del SER que en verdad eres, tu cuerpo físico adquiere la fortaleza de tu SER para afrontar y superar las dificultades y adversidades que puedas experimentar en tu vida. Tu eres la luz que permite alumbrar la oscuridad de tu cuerpo físico para guiarlo por el camino que debes recorrer de acuerdo a tu propósito de vida. Tu eres esa chispa divina que hace que seas diferente y único.
Si reconoces y aceptas esto, te darás cuenta que lo que experimentas en tu cuerpo físico, inevitablemente es un efecto de los pensamientos que sostienes en tu mente. De esta forma, si sostienes pensamientos de resentimiento hacia ti mismo o hacia otras personas, los efectos en tu vida no serán nada alentadores pues no sentirás paz en tu interior. Así que te invito a que transformes esos pensamientos de resentimiento que no han generado felicidad, por pensamientos amorosos hacia ti y hacia los demás y, descubrirás por ti mismo lo agradable que se siente experimentar la paz interior, la paz mental y por ende la felicidad en tu vida.
El medio eficaz e infalible para transformar los pensamientos de resentimiento en pensamientos amorosos es el perdón. En mi caso, la herramienta que me permitió comprender lo que en verdad es el perdón y, la forma de llevarlo a cabo en mi vida para gozar y disfrutar de amor, dicha, felicidad y plenitud cada día, Aquí y Ahora, fue Un Curso de Milagros, que ahora comparto con otras personas para que todos juntos compartamos nuestra luz e irradiemos luz a los demás a través del perdón.