La gratitud, es una palabra que todos conocemos y que cada uno experimenta desde su forma de percibir e interpretar el mundo físico.
Muchos la asocian únicamente a una palabra que se expresa a otra persona, de forma verbal o no verbal, para manifestarle que valoramos y apreciamos algo que recibimos de ella. Sin embargo, en muchas otras ocasiones en la interacción con otras personas, no hacemos uso de esta palabra porque desde nuestro raciocinio interno consideramos que lo que recibimos de la otra persona es algo que le correspondía hacer, era su deber. De esta forma, podemos hacernos conscientes que la gratitud es algo que cada uno experimenta en su vida de acuerdo al sistema de pensamiento en el que cree y el cual defiende.
Para ir más allá, quiero recordar a Albert Einstein, un físico, considerado el científico más importante, conocido y popular del siglo XX, para citar lo que él pensaba sobre la gratitud: “Hay dos maneras de vivir tu vida: una como si nada fuese un milagro, la otra es como si todo fuese un milagro”.
Esta frase me conecta mucho, porque me permite reconocer que este gran genio identificaba claramente la dualidad del ser humano, en la cual cada uno de nosotros goza del libre albedrío para elegir cuál de las dos voces internas escucha: la voz del ego que nos guía a vivir nuestra vida como si nada fuese un milagro o, la voz del ser que nos guía a vivir nuestra vida como si todo fuese un milagro. Efectivamente, la GRATITUD está vinculada a vivir la vida como si todo fuese un milagro. La gratitud nos permite valorar y apreciar todas las maravillas de las cuales poseemos y disfrutamos cada segundo en nuestra experiencia en este mundo físico, permitiéndonos vivir conscientemente en el Aquí y el Ahora, en el eterno presente que es un regalo que tenemos para aprovechar y disfrutar viviéndolo al máximo.
Para este artículo quise hacer referencia a Albert Einstein porque en sus investigaciones, por las cuales ha sido ampliamente reconocido, nos habla de la gravedad, que es un fenómeno natural por el cual los objetos con masa son atraídos entre sí. En esta definición, nos podemos dar cuenta que somos más que una masa, más que un cuerpo físico, que simplemente ocupa un volumen. Somos energía que, según la definición científica, es la capacidad de los cuerpos para realizar un trabajo y producir cambios en ellos mismos o en otros cuerpos, la capacidad de hacer funcionar las cosas.
Desde esta definición podemos comprender que la energía que vibra en nosotros, nos da la capacidad para que las cosas funcionen en nuestra vida. Es elección personal decidir la forma en la cual hago uso de mi energía: para el Bien-Estar o para el Mal-Estar. Al respecto, la ley de la conservación de la energía afirma que, la energía no se crea ni destruye solo se transforma.
Dado lo anterior, podemos concluir que SOMOS ENERGÍA, vibramos, y esto es lo que genera la atracción con otros cuerpos físicos. Es elección personal decidir VIBRAR EN AGRADECIMIENTO, vivir como si todo fuese un milagro, lo cual nos asegura nuestro Bien-Estar y el de las personas con las que intercambiamos constantemente nuestra energía y, la única manera real para SER FELICES que es nuestra finalidad como seres humanos. Agradecer es, una elección de vida, que nos permite conservar un alto nivel de frecuencia para atraer energías del mismo nivel de vibración. Recuerda, lo que tu das es exactamente lo que recibes. Así que pregúntate: ¿Qué quiero recibir en mi vida?