“Conócete a ti mismo” es la lección que todos los seres humanos debemos aprender, aunque el momento de hacerlo varía de acuerdo a cada persona y, está condicionado por nuestra historia, nuestro contexto, nuestra educación, nuestra cultura y nuestras creencias. Esta lección nos abre la puerta para RE-CONOCER quiénes somos y cuál es el propósito de nuestra vida.
No es una lección nueva, dado que Sócrates, filósofo griego, la compartió hace más de dos milenios y se ha mantenido vigente en la historia de la humanidad. Sócrates fue maestro de Platón, quien a su vez tuvo a Aristóteles como discípulo y, estos tres pensadores han ejercido una enorme influencia en la historia de Occidente. Recordemos esta gran lección mediante las enseñanzas de estos grandes pensadores.
La principal necesidad del ser humano es alcanzar la sabiduría. Como indicó Platón, la primera tarea es gobernarse a sí mismo – conocerse a sí mismo – para así poder gobernar o conocer a los demás. Mientras tanto, Aristóteles entiende el cambio y el movimiento como la actualización de lo que está en potencia e indica que la finalidad del ser humano es ser feliz.
Es así, como desde nuestra condición de seres humanos nos encontramos inmersos en un mundo que se encuentra en constante movimiento, en constante cambio y es, a través del conocimiento de nosotros mismos, como podremos hacer uso de las capacidades de nuestro ser para adaptarnos al medio en el que vivimos, para evolucionar como especies y para cumplir nuestra finalidad de ser felices.
La sabiduría se desarrolla en nosotros cuando aplicamos los conocimientos adquiridos y nuestra inteligencia en nuestra experiencia propia. Esto nos permite obtener conclusiones que nos ofrecen un mayor entendimiento, que nos posibilita discernir lo que en realidad es la verdad, lo bueno y lo malo. La sabiduría nos permite ser prácticos en la vida y tomar decisiones en muchos casos desde el sentido común que nos facilita las cosas.
Conocernos a nosotros mismos desde la sabiduría, nos permite desarrollar y fortalecer una de las capacidades del ser que todos tenemos y que se necesita en momentos de cambio: la consciencia emocional. La consciencia se define como el conocimiento inmediato que el ser humano tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones; esto abarca a todos los seres humanos por igual, sin distinción alguna de su nivel intelectual.
La consciencia emocional nos invita a ser conscientes de nuestra humanidad y desde allí, comprender que no sólo somos un cuerpo físico, que es lo visible a nuestros ojos, sino que también somos un cuerpo mental, un cuerpo emocional y un cuerpo espiritual, que son intangibles y son una energía que hace parte de nosotros, determinando lo que experimentamos en nuestro cuerpo físico, y esto sólo es visible desde nuestro corazón.
Recuerda, el conocimiento de nosotros mismos nos lleva a identificar las herramientas que nos permiten mantener nuestro equilibrio y armonía, con nosotros mismos y con las personas de nuestro entorno. Como es tu interior es tu exterior y, sólo depende de ti crear la realidad que sueñas para ser feliz de forma permanente todos los días de la vida.