Todos somos seres multidimensionales, y la vida nos muestra diversos caminos para elegir cómo vivirlos, y yo los invito a responderse los interrogantes desde el equilibrio, ese que logramos cuando nos conocemos a nosotros mismos realmente y, que nos permite identificar cuando estamos actuando desde nuestro cuerpo físico, nuestro cuerpo mental, nuestro cuerpo emocional y nuestro cuerpo espiritual.
Cuando sabemos manejar estos 4 cuerpos en equilibrio, entonces lo entendimos todo.
Hoy los quiero invitar a vivir desde la espiritualidad consciente, a viajar al interior, porque muchas veces sabemos manejar muy bien los cuerpos físico, mental y emocional, o por lo menos a identificar cuando estamos tomando decisiones desde ellos, sin embargo, la espiritualidad es la que genera el complemento perfecto para cualquier elección en nuestra vida.
Desde el hinduismo nos hablan de las 4 leyes de la espiritualidad, las cuales es maravilloso comprenderlas, pero sobre todo, aplicarlas a nuestro día a día.
La primera ley nos indica: La persona que llega es la persona correcta, es decir, que cada vez que nos cruzamos con una persona en nuestra vida, es importante para nuestro proceso de aprendizaje, en ningún momento se trata de la persona “incorrecta”, todo lo contrario, de cada una de esas personas, debemos reconocer cual es el proceso de aprendizaje que nos trae para nuestra vida. Es un intercambio de energía, cada persona me entrega lo que me corresponde vivir y nosotros le entregamos lo que aporta al proceso de aprendizaje del otro.
La segunda ley nos indica: Lo que nos sucede es la única cosa que podía haber sucedido, muchas veces nos enfrascamos en el “hubiera”, pensando que muchas cosas pudimos hacerlas de forma diferente, y volvemos a la conclusión que nada sucede por casualidad, nada pudo ser diferente porque lo que pasó es lo único que realmente debió haber sucedido.
La tercera ley nos indica: En cualquier momento que comience es el momento correcto, es decir, todo tiene su tiempo, ni antes ni después, solo depende del momento de aprendizaje en el que nos encontremos, hasta no comprender cada aprendizaje, entonces no vamos a descubrir cuales serán las vivencias de nuestro siguiente aprendizaje.
La cuarta ley nos indica: Cuando algo termina, termina, y nos cuesta muchas veces comprender que hay que dejar ir, que el aprendizaje está en trascender lo que vivimos y tomar la experiencia para los aprendizajes posteriores, tener desapego a esas cosas, personas o situaciones con quienes ya todo terminó. Soltar y fluir.
Ten muy presente las leyes de la espiritualidad, para que tu vida la vivas cada día de forma más liviana y tranquila.